Hace tanto calor en Ouagadougou que
cuando sales de ella, todo te parece un Paraíso, sobre todo
dirección al oeste del País, donde el verde ya brota con fuerza y
la naturaleza se respira en el aire!.
Nos hemos ido de jueves a domingo!. Mis
compañeros de viaje los he conocido aquí en Burkina, gente muy maja
de diferentes partes de Francia; Bea, Sophie y Augustin!.
LA AVENTURA EMPIEZA:
- Me pregunto si el chofer verá algo con tanto mosquito en el cristal??? jajaja
Bien prontito por la mañana, para
evitar el calor, salimos de la estación de Autobus TCV dirección
BOBO, la segunda ciudad del País. Por suerte viajamos con aire
acondicionado, no nos podemos quejar por el momento!. 360 km, unas 5
horas de ruta con una paradita técnica a medio camino para ir al
lavabo rapidito. Venga chicos!!! que nos vaaaaaaaaaaaaamos de finde!.
Llegamos a BOBO al mediodía. Caminamos
a pleno sol con las mochilas en mano, para por fin sentarnos en un
local llamado restaurante (me abstengo a decir el nombre). Tanta
hambre hace que nos lancemos a comer el bistec que acaba de llegar a
la mesa. Ñaaaaaam, ñaaaaaaam... hasta que Sophie nos avisa que ha
detectado gusanitos incrustados en la carne!. Genial, por lo menos me
he tragado unos cuantos... con el hambre que tenía, Agrrrrrr.
Ayyyyyyyyy que aaaaaaaaasco!.
Nada, la ruta solo acaba de empezar.
Nunca mejor dicho, esto es solo el aperitivo!!!.
Volvemos a la estación para seguir
ruta hacia Bánfora, el Bus sale a las 15h. Otros 80 km, una horita
más de camino. El Bus se flipa con derrapes constantes a cada lado,
para evitar los baches que hay en medio de la carretera. Digo yo
que ir un poco más lentos hubiera ayudado pero, aquí es el mundo al
revés. Cuando hay que ir rápido se va lento y cuando hay que ir
lento se va rápido!!! This is Africa!.
Llegamos a Bánfora a las 16:00 y con
toda la emoción se nos ocurre continuar la ruta hasta los Picos de
Sindou!. Esta vez en un vehículo tipo camioneta llamado Taxi
Brousse, donde lo normal desaparece y lo surrealista nace por todos
los rincones y detalles.
Dentro del Taxi Brousse
El bebé viajó en mis brazos todo el viaje, aquí los niños se cuidan entre todos. A cada bache le aguantaba su cabecita, ostrasssss aún y todo dormía plácidamente!
Augustin pacta precio con uno de los
choferes que se pelean por llevarnos, o sea, al final por 2 euros
aceptan llevarnos a Sindou, a 45km de distancia. Diooooooos espero
llegar sana y salvo jajaja!.
Nos metemos en la camioneta hecha polvo,
con telas de araña y térmitas en el techo, toda oxidada y los sofás
que se van desencajando según cada bache.
Me siento en la fila de detrás, al
lado de una ventanilla que sirve también para entrar y salir. Gente
va subiendo a medida que avanzamos. En cada parada técnica, cargamos
maletas en la vaca y bajamos para mover los huesos y respirar. Cada
vez nos vamos apretujando más para que puedan entrar los máximos
posibles. Sin reglas, sin límites, sin aforo y sin espacio, vamos
avanzando...
La pista es impresionante!!!! Un camino
de tierra rojiza en pleno atardecer con poblados de la etnia Senoufo
a cada lado. Paisaje verde y niños corriendo detrás del taxi; Tubab
tubab!.
El Taxi Brousse coje una velocidad
considerable a la que todos por instinto nos agarramos donde sea,
para evitar golpes de cabeza contra el techo, contra la ventana o
contra el compañero de al lado... Yujuuuuuuuuuuu, esto es la
aventura!.
Los ruidos internos asustan: TACA TACA
TACA TAAAA... EL BUS VA TEMBLANDO Y TODA LA OJALATA SUENA Y CHIRRÍA
COMO UNA PELI DE TERROR.
No podemos parar de reír!. El sofá
donde va Sophie y Bea se mueve tanto, como si quisiera salir
disparado por la ventana!. Me agarro fuerte y me descojono!!!. El
polvo nos va inundando nuestras caras que ya son de color marrón.
Imposible cerrar las ventanas porque nos asfixiaríamos. Unas 15
personas dentro, apretadas y sin aire sería imposible. Así que
vamos tragando todo el polvo de los camiones que nos adelantan.
Por fin llegamos a Sindou a las 19:00h.
Duchita, cena y a dormir pronto que mañana nos espera un largo día
de visita.
Llegamos a Bánfora a las 10:00h y nos
vamos directos a un hotelito mejor, al Cane Sucre, que las
habitaciones sin aire acondicionado te salen bien de precio. Delante
del hotel alquilamos un par de motos y nos vamos a los Dommes. Unos 5
kilometros de pista en moto, pasando por poblados rodeados de
palmeras y Baobabs!. Impresionante!!!. Augustin lleva a Sophie y yo
llevo a Bea! Yujuuuuuu me encanta conducir así que disfruto como una
niña pasando por caminos llenos de cañas de azúcar!.
Dejamos la moto en un punto y caminamos
hasta Los Dommes, unas formaciones rocosas donde se realiza un
treking hasta llegar a la cascada.
A todo esto nos damos cuenta que solo
hemos gastado unos 60 euros en total del viaje
(transporte, hotel, comidas, visitas, todo incluído...). Madre mía!!!
jajajaja.
Así que la última cenita nos la
pegamos en el restaurante del Cane Sucre, de lujo!. Pasando de
piknic.
Y al día siguiente: BUS hasta BOBO y
más BUS hasta OUAGA.
FIN DEL TRAYECTO! No está mal no?