Sanatou es una chica de 22 años, que no tiene una sonrisa fácil y realmente en sus ojos a menudo veo esa tristeza. Está muy cansada. Ella misma lo dice. Su día a día es cocinar, lavar la ropa... estudiar de noche la contabilidad y cuidar de su niño. Parece que cocinar no sea muy difícil pero preparar aquí la comida representan horas y horas de dedicación bajo un sol asfixiante. Y es una tarea obligatoria solo por ser mujer. Desde encender el carbón hasta finalizar la comida pasan bastantes horas.
Cuando Sanatou viene a casa de visita, tenemos una norma a cumplir; NO HACER NAAAAAAAADA. En seguida, por costumbre, quiere ayudarme a cocinar o a barrer y... lo tiene prohibido!!!. Cuando viene a casa es para descansar y ya me ocupo yo de los niños y de todo (ese día la verdad que voy de culo jajajaja). Está tan cansada que se duerme enseguida en el sofá.
Una de las cosas que admiro mucho de Sanatou es la manera en que cuida a su hijo Anás. Como le pone los zapatitos, como está siempre observándolo, limpiándole al momento si se ensucia... La verdad que es un gusto!!! y por desgracia no siempre pasa. La mayoría de niños corren sueltos y no tienen tantos cuidados. Sanatou para mí, es una mamá ejemplo!!!. Siempre se lo recuerdo y entonces, sonríe!.
Su boda ha sido nuestro tema de conversación desde hace unos meses. Ha pasado mucho estrés porque las familias lo deciden todo. El día, el vestido, dónde estará ella el día de la boda, donde estará su hijo... en fin, siempre me acaba diciendo; Marta, así es la tradición, no puedo hacer nada.
Ayer la fuí a ver y estaba encerrada en un cuartito que Dioooooos, estaba oscuro y con trastos por medio llenos de polvo. Le propuse de hacerle una foto en la sala de al lado ya que había más luz y saldría mejor pero... No podía salir ni un segundo de ese cuarto claustrofóbico. Su deber es estar ahí encerrada siguiendo la tradición musulmana. La estaban preparando para la noche ya que el marido vendrá a buscarla para llevársela a su casa. Y después otros días más encerrada hasta poder salir y hacer vida “normal”.
En ese espacio tan pequeño, comimos en el suelo, hablamos y dormimos algo. Cada vez era más insoportable el calor. Los niños entraban y sentías un calor humano que daban ganas de salir y tomar el aire. Mientras, los demás celebrando la fiesta entre el vecindario y los invitados.
Hice alguna foto. Sobretodo a la familia de Sanatou ya que al futuro marido ni siquiera lo ví. Lo celebran todo a parte, hasta que llega la noche.
A las 16h de la tarde me tuve que ir porque llevaba desde las 9h de la mañana ahí con un calor que es difícil hacer nada. Fue gracioso porque los niños en vez de llamarme blanca como de costumbre, empezaron a decirme que me había vuelto roja!!!! jajajajaja. Les sorprendía ver que mi piel cambiaba de tono con el sol. Joder para no cambiar. Pasé un caloooooooooooor que todo me quemaba.
Os paso un pequeño resumen fotográfico del día de ayer;
Entrando a una casa, para llegar al cuarto donde está Sanatou
En el cuarto solo hay mujeres o niños
Preparando a la novia...
Anás, el hijo de Sanatou!
En la habitación los niños comen de un solo plato
Fuera de la habitación la gente lo celebra... y las mujeres cocinan en grupo
La familia reunida por la boda
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